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Biochip, la moneda de nuestro presente. Parte 1


Primera parte
Segunda parte


Luego de unos años de estudios y profundas investigaciones, el mundo de las finanzas declara finalmente estar preparado para conducir cualquier intercambio monetario utilizando la tecnología del Microchip implantado en el cuerpo humano. 



La principal compañía que adoptó esta manera de realizar transacciones es la empresa americana MONDEX, que junto a otras 20 asociadas en diferentes naciones, tiene el mayor número de comisiones. Las tarjetas con microchips permiten el control mundial de cada individuo y ahora estamos en la etapa que precede al implante de microchips bajo la piel. 

Si todo sigue de acuerdo al plan de los financieros internacionales, el dinero líquido (el papel moneda y la moneda en metal) desaparecerán pronto, sustituidos por el dinero electrónico, primero por medio de las tarjetas de crédito y de débito con microchip, serán velozmente sustituidas por el microchip implantado bajo la piel de los individuos. Esta tecnología estuvo siendo probada en animales durante decenios y pronto empezarán a aplicarse en humanos.




Este microchip tiene entre 5 y 7 mm de largo y 0.75 mm de ancho, es equivalente a un grano de arroz. En caso de rotura, el litio contenido produciría una llaga dolorosa y llena de pus. Los ingenieros que desarrollaron el microchip intentan introducir en el chip el nombre de la persona, el número de la seguridad social (incluso un código internacional), la firma digital, la descripción física, la genealogía de la familia, la dirección, la ocupación, la religión y la certificación penal. Estos chips pueden tener 34 billones de combinaciones únicas de códigos de identificación individual, más que suficiente para permitir asignar un código único a cada ser humano sobre la Tierra, utilizando tres entradas de seis cifras (666).
Con tales informaciones, el microchip podría sustituir la tarjeta de plástico utilizada hoy: tarjeta de identidad, pasaporte, patente, aseguración social, etc.

Nadie podría retirar el dinero del banco, recibir las prestaciones del gobierno (pensiones, subsidios...) ni comprar ni vender cualquier cosa sin tener implantado el microchip bajo la piel.



Este microchip tiene un transmisor con una pila recargable de litio. Por lo tanto sirve no sólo de portafolio electrónico, sino también como un mecanismo que permite saber a cada momento dónde se encuentra cada ser humano. Este emite una señal continua que puede ser captado vía satélite. Una red de 66 satélites de baja altura, así como las antenas de teléfonos celulares, permitirán seguir a cualquiera en cualquier lugar del planeta con un margen de error de un metro solamente. Una vez que este microchip sea implantado en una persona, es imposible esconderse en ningún lugar: la autoridad sabrá siempre dónde se encuentra.

Además, para poder emitir la señal, el microchip debe estar provisto de una pila de litio especial, constantemente recargada por las variaciones de temperatura del cuerpo humano. Más de un millón y medio de dólares se invirtieron en averiguar en qué lugar del cuerpo la temperatura varía más rápidamente. Se hallaron dos lugares posibles propicios para implantar el chip y recargar la pila: la frente, en la raíz del cabello, y en el dorso de la mano derecha.

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