El empleado de la empresa Kaspersky Lab Yevgueni Chereshnev se implantó entre los dedos un pequeño biochip para conocer de primera mano qué oportunidades brinda a los humanos esta novedosa tecnología. Según explica Yevgueni Chereshnev, decidió implantarse un biochip en la mano para estudiar las ventajas de la vida de un hombre cíborg y para descubrir también las posibles amenazas e inconvenenientes de su uso, informa el periódico 'Nasha Gazeta'. El biochip, del tamaño de un grano de arroz, le fue implantado a Chereshnev con una aguja entre el pulgar y el dedo índice. El chip tiene 880 bytes de memoria y permite a su usuario manejar dispositivos electrónicos (como 'smartphones', cerraduras electrónicas y ordenadores portátiles sin cables) utilizando simplemente la tecnología de la comunicación de campo cercano (NFC por sus siglas en inglés). De esa manera, Chereshnev es capaz de abrir puertas con 'la fuerza de la mente' y desbloquear el mó
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